Author: Rodrigo Salgado

“Querido diario:
Todavía recuerdo cuando todo cambio, era 2030 en mi colegio y el profesor nos hizo crear un gran proyecto, entonces yo y Juan (mi mejor amigo) accidentalmente creamos una máquina del tiempo. Sin que él se diera cuenta viajé en ella, y no pude volver nunca más a mi presente.”
-¡¡Papá!! Juan y yo tenemos que crear un proyecto para nuestro colegio.
– Voy hijo
“Bueno, no había planeado esto, pero ocurrió y aquí estoy ayudando a crear un proyecto a mi hijo y a Juan que por suerte se acuerda de mi trabajo y yo ya sé lo que él quiere ser cuando grande.”

Antonia Rodríguez – 10th grade

El tiempo pasaba lento, 1 minuto me parecía 1 hora dentro de la sala de clases, todos se movían inquietos viendo el reloj y la puerta sin desviar la mirada, todos sabían lo que pasaría y se preparaban para correr, sería una batalla por sobrevivir, donde el otro no importaba, sólo importaba obtener una buena posición en la cadena alimenticia, los tambores sonaban anunciando el ansia por la batalla, cada vez más potentes, hasta que en un abrir y cerrar de ojos sonaron las campanas, como trompetas anunciando el inicio de la batalla. Bajé la mirada, duró un instante, no se oía ningún sonido, absolutamente nada, al subirla me encuentro a 100 personas paradas delante de mí, había llegado último a la fila del almuerzo.

Patricio Rodríguez – Senior Class

Se supone que eran dos semanas, o eso dijeron dos semanas de libertad, dos semanas de “vacaciones”, dos semanas donde se supone que nuestra única preocupación era el no saber. Después nos dimos cuenta que era mucho más que eso, donde antes encontrábamos diversión y relajo ahora nos produce estrés y ansiedad. Lo que antes era “normal” ahora es como soñar, soñar con un mundo donde hay libros y lápices, donde abrazar a alguien no es ilegal, un mundo donde todo es presencial. Impresionante todo lo que puede ocurrir en dos semanas y también todo lo que puede durar…

Elisa Palacios – 10th grade

Era un lindo día en Orchard College. Los pájaros cantaban, el sol brillaba, nada podía salir mal. Felipe y Joaquín lo estaban pasando increíble en la pichanga del recreo. Joaquín llevaba la pelota, corría y corría, iba llegando al arco hasta que… ¡ZAS! Felipe se lanza al suelo con una entrada y evita el gol. Suena la campana, el recreo terminó. Joaquín no podía estar más enojado, le quitaron el gol de su vida. Iban todos subiendo las escaleras y cuando iban llegando al tercer piso, Joaquín empuja a Felipe de las escaleras. Joaquín se despierta. Menos mal fue una pesadilla.

Jaime Gibson – 10th grade

Un día estábamos haciendo clases en el tercer piso de nuestro colegio, ese día solo estábamos nosotros y no pudimos usar las otras salas ya que las estaban remodelando, estábamos en un repaso que le pedimos a nuestro profesor que nos ayudara y de repente comenzó a temblar el suelo las ventas sonaban y las cosas se caían de las mesas, en ese momento uno de mis compañeros entro en pánico pero el profesor alcano a atraparlo y comenzamos a bajar con tranquilidad mientras todo el colegio temblaba, fue el mayor susto de mi vida, pero logramos salir y esperamos a que parara para poder irnos a casa.

Josefa Cánepa – 10th grade

Era invierno, todavía estaba oscuro y frío, la lluvia sonaba ligera sobre el vidrio del auto y el sueño hacia su trabajo de quitarme las ganas de bajar. Como la mayoría de las mañanas abrí la puerta sin ánimo, pisé y con sólo sentir el agua escurrir entre los cordones de mis zapatos supe que sería un mal día…
Entrar a la sala con el corazón aun latiendo fuerte, el pelo mojado, la cara roja y la camisa pegada al cuerpo, era un detalle, lo importante es que les habíamos ganado a “los más grandes”.

José Manuel Corta – 10th grade
Ganador : 3er Lugar

Mientras me apuro para poner lo más rápido la calefacción y no congelarnos en el camino, escuchando la respiración cansada de mi papá cuando mis hermanos pelean en los asientos de atrás, abrochándome bien el polar porque mi papá me dijo, pero sabiendo que al llegar me lo voy a desabrochar, ver que mi teléfono esté en silencio para que no me lo quiten y contar los segundos en voz baja para no cumplir el récord de llegar tarde otra vez. Allí aparecemos frente a la rotonda y después de rodearla, abro mi puerta y sonrío.
Empieza un nuevo día.

Magdalena Benedetti – 10th grade
Ganador : 2do Lugar