Registro de lo vivido en cuarentena
Hoy nos detuvimos a mirar por la ventana. Los simples brotes de un árbol, que vemos todos los días fue lo que nos impactó y nos hizo pensar en la proximidad de la primavera. Qué increíble, ya casi termina el invierno y seguimos en cuarentena…¿Cómo puede ser que haya pasado tanto tiempo?
Al principio no dimensionamos la situación. Esperábamos cada 15 días los anuncios con la ilusión de poder regresar a nuestra cotidianeidad. Sin embargo, con el correr de los días esas ilusiones comenzaron a ser efímeras y las noticias se transformaron en discursos sin valor ya que nada cambiaba. Dejamos de ver a nuestros afectos, de ir a las escuelas y de asistir a nuestros trabajos, tuvimos que modificar nuestras rutinas y aprender nuevas estrategias.
Si pensamos en las diferentes etapas de la vida, ¿acaso es lo mismo pasar un año de vida en cuarentena para una persona octogenaria y para un niño? ¿Cómo vive este año un adolescente que está por finalizar sus estudios secundarios y que no ha podido despedirse de sus compañeros ni experimentar los rituales de cierre que ello conlleva? ¿Qué miedos viven aquellos denominados “población de riesgo” y cuáles son los temores de los otros?
Podríamos seguir preguntándonos infinitamente acerca de las diferentes experiencias, existen tantas realidades como sujetos hay en el mundo. Pero
creemos que hay una vivencia que nos atraviesa a todos de alguna manera: la sensación de estar actuando en “modo supervivencia”, haciendo lo que podemos mientras esperamos para “despegar” o de estar ubicados en la línea de largada, ya en cuclillas, listos para salir al mundo y empezar los proyectos que nos habíamos planteado para este año.
Pero el 2020 ya arrancó, ya está pasando, lo estamos viviendo sin ser tan conscientes de ello.
Esta reflexión nos lleva a cuestionarnos: ¿Cómo podríamos entrenar nuestra mirada y empezar a registrar con más fuerza lo vivido?
Creemos que un ejercicio interesante en este sentido es escribir un diario; ya que nos da la posibilidad de hacer una pausa y registrar lo acontecido. Es un ritual posibilitador de análisis, de una mejor comprensión de lo que nos está atravesando.
Este “Diario de mi cuarentena” es una buena propuesta para hacerle además a nuestros niños. Los más pequeños pueden dibujar o dictarnos lo que quieren que escribamos y cuando sean más grandes podrán ver las huellas que les dejó este año tan particular.
Para empezar, lo primero será encontrar un lindo cuaderno y decorarlo. Luego podemos pensar en diversas consignas que nos ayuden a escribir, por ejemplo:
– ¿Dónde y con quién estoy transitando mi cuarentena? – ¿Cuáles son mis preferidos en este momento: comida, color, animal, película, etc.?
– ¿Qué mueve mis emociones?: ¿qué es lo que más me alegra? ¿lo que me enoja? ¿A qué le temo? – ¿Qué es lo primero que quisiera hacer cuando la cuarentena termine? – ¿Qué es lo que más extraño? – ¿Qué es lo que más me gusta de esta cuarentena?
Equipo creSER